Pelea “en solitario, huérfano y con un gobierno desaparecido”. Así ha “batallado” el sector primario su situación en España a juicio de ASAJA Castilla y León que ha realizado hoy el balance del año que está a punto de concluir. Puntos positivos y negativos que han desgranado en un comunicado remitido a Agronews.
En él, la organización desgrana un año que han calificado como “bueno en la producción” pero con los problemas de siempre. El más importante, los precios y la rentabilidad para los agricultores y ganaderos: “han seguido siendo malos para el sector ganadero, especialmente para la leche y el ovino, y para mayor desastre se ha sumado la bajada de los cereales”, subraya su presidente Donaciano Dujo.
En el caso de los cultivos cerealísticos, ASAJA recalca la bajada en julio y septiembre del precio medio ponderado, cantidad que se ha recuperado el pasado mes de noviembre. Como ejemplo, ponen el trigo que arrancó 2016 a 173,2 euros la tonelada y acabó el mes pasado a 149,2 euros, 44 menos por cada tonelada cosechada.
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En cuanto al maíz destacan la bajada en la superficie sembrada este año que ha bajado un 13 por ciento respecto a 2015 al contrario que las patatas que tienen 1.000 hectáreas más sembradas en la comunidad y para cuyo sector aseguran “estar trabajando” para la constitución de la Interprofesional.
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Pero, sobre todo, la organización ha incidido en el cultivo remolachero que tan convulso está acabando este año: “El sector está expectante ante la desaparición del sistema de cuotas que ha protegido, tanto al productor como a la industria y al consumidor, durante tantos años en Europa” aseguran.
No obstante, añaden que los remolacheros respiran con “cierta tranquilidad” gracias a la estabilidad que les ofrece el marco interprofesional pactado con la industria azucarera el año pasado y que dura hasta 2020, así como el compromiso adquirido por las administraciones nacional y regional de apoyar el cultivo con sendas ayudas.La ayuda acoplada se incrementa este año un 10 % por la menorvsuperficie cultivada y podría alcanzar los 578 €/ha, mientras que la ayuda agroambiental regional está fijada en 350 €/ha.
ASAJA concluye su repaso al sector agrario reclamando que se revise “a fondo” los aspectos de la orden de quemas de rastrojo que se aprobó en octubre para que se cumpla en los plazos establecidos y sea eficaz así como el adelanto en las medidas para evitar plagas como la de topillos que ha asolado muchos terrenos cultivables de la comunidad este otoño. La Junta dio luz verde a la orden el 1 de diciembre.
EN UN DATO
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El "carbón de ASAJA" con el que la organización muestra sus rechazo a la medida más negativa del año, va dirigido en esta ocasión a Cristóbal Montoro y al Ministerio de Hacienda por el impueto sobre bebidas azucaradas que a su juicio no vela por la salud sino que tiene un "afán recaudatorio"
Sector ganadero…y PAC
En cuanto a sanidad animal, la organización ha pedido que recuperen la calificación “histórica” las explotaciones T3 que llevan más de 3 años sin animales positivos en tuberculosis sin tener que hacer dos saneamientos al año. Asimismo ha pedido a la Consejería medidas más implacables para controlar la transmisión de enfermedades de fauna salvaje a ganado extensivo y han solicitado para tal efecto el estatus de “oficialmente indemne de brucelosis bovina” para Burgos, Soria y Valladolid, por lo que se podrá decidir hacer las pruebas cada segundo año.
La leche, por su parte ha vivido un año de fuerte producción, con caídas en precios de enero a julio, un precio medio 2 céntimos por debajo del coste de producción y un sistema de cuotas que ha desaparecido y que crea dudas en los ganaderos para mantener la viabilidad de sus explotaciones. Por ello han lamentado desde ASAJA que no se hayan cofinanciado las ayudas que han llegado desde la UE con medidas propias que aúpen al sector.
Por último Donaciano Dujo ha exigido más estabilidad en los marcos de regulación europeos de la PAC para que se extiendan a siete -y no a cuatro- los horizontes y puedan encontrar el rumbo que según concluye aún no existe: “La inacción redoblada en este caso por un largo año de gobierno nacional en funciones ha paralizado cualquier iniciativa, en especial dos vitales como el acuerdo lácteo y el desarrollo de los mecanismos de control de abusos en la cadena alimentaria. Con el gobierno en funciones, la Unión Europea confusa por el Brexit y la Junta derivando las responsabilidades a Bruselas y a Madrid, ha sido un año en blanco para la política agraria, solo adornado por promesas sin fundamento ni presupuesto real” zanja.
