Alemania, Irlanda y Holanda ven como una «oportunidad» el final de las cuotas lácteas, Francia duda…

Agronews Castilla y León

31 de marzo de 2015

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Mañana, 1 de abril, se inicia una nueva etapa en el sector del vacuno de leche con una Europa sin cuotas. Las posiciones y las perspectivas de los distintos estados son bien distintas.

Irlanda no oculta su ambición de aumentar en un 50% su producción de leche en 2020. Este país es un pequeño productor, 5,4 millones de toneladas por año, en comparación con Alemania o Francia, pero desde hace años se ha lanzado a la internacionalización de sus producciones, buena parte de las cuales ya se venden fuera de sus fronteras, hasta el 80% en algunas campañas.

Los ganaderos holandeses, igualmente, ven en el final de este sistema una gran oportunidad, asegurando que «las cuotas se introdujeron porque había demasiada leche en el mercado en comparación con la demanda, pero la situación ha cambiado mucho desde entonces», lamentando la ventaja que este sistema ha dado a Estados Unidos y Nueva Zelanda. Holanda apuesta por aumentar su producción un 20% hasta el 2020.

Por su parte, Alemania, el principal productor de la UE, confía en un aumento en la producción de 1 a 3% por año hasta 2020. El sector no disimula su «satisfacción por el final de las cuotas», durante los últimos 30 años se ha superado 21 veces su cuota y pagado un total de casi 2 millones de euros en sanciones, «confiado en el hecho de que los volúmenes adicionales que se puedan producir tienen un mercado internacional a precios razonables.»

Mientras esto pasa en estos tres países, Francia, segundo productor de la Unión Europea, se muestra mucho más cauta todavía traumatizada por la crisis de 2009 cuando La desaceleración de la demanda debido a la crisis económica excepcional hizo caer en un 30% el precio de la leche. Los productores franceses está pendientes de la situación de la demanda e incluso han reclamado el establecimiento de un mecanismo europeo en caso de crisis de sobreproducción en los mercados desregulados, medida para la que han contado con el apoyo de Polonia e Italia, pero que Bruselas ha rechazado.

Esta situación es necesario analizarla con la perspectiva de las últimas semanas en las que, de nuevo, se ha producido, por ejemplo, un incremento de los precios de la leche en polvo como consecuencia de tres factores: caída de la producción en Europa pronto para evitar tarde cuota sanciones, una sequía en Nueva Zelanda y la pérdida de pujanza del euro que favorece las exportaciones de productos lácteos europeos.



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