35 años de ‘Juegos Populares’ de la Diputación de Palencia para impulsar el ocio entre los habitantes de los pueblos y mantener viva la tradición

Agronews Castilla y León

24 de abril de 2016

¿Es fiesta hoy en el pueblo?, le pregunta un visitante de un pequeño municipio de la provincia de Palencia a uno de sus vecinos.

No, no es fiesta, lo que pasa es que está a punto de comenzar en la plaza una de las pruebas del Campeonato Provincial de ‘Juegos Populares’ y, como no son muchas las distracciones que tenemos, pues la gente sale a verlos y a entretenerse un rato, responde el vecino.

Efectivamente, no le falta razón. Los ‘Juegos Populares’ son una actividad de competición no federada que viene organizando la Diputación Provincial, inicialmente a través de la Fundación Provincial de Deportes y extinguida ésta, por medio de su Servicio de Deportes, aunque la iniciativa partió de un grupo de socios del Club Deportivo Castilla, encabezados por Ángel del Río y Eugenio Palomino, que allá por el año 1981 presentaron un programa de ‘Revitalización de nuestros Juegos Populares’, como ellos lo llamaron, que la Diputación acogió con entusiasmo y puso en práctica.

Se trataba, en palabras de los promotores, de “que las gentes que vivían en el medio rural tuvieran la oportunidad de convivir, de conocerse entre ellos, de ocupar su tiempo libre, de mejorar su calidad de vida, y una de las posibilidades podía ser colaborar a que estos ancestrales juegos no desaparecieran, pues, habiéndose practicado desde antiguo, estaban en un estado de regresión”.

[[{«fid»:»27206″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:1496,»width»:2256,»style»:»width: 450px; height: 298px; border-width: 5px; border-style: solid; margin: 5px; float: right;»,»alt»:»Rana. Diputación de Palencia»,»title»:»Rana. Diputación de Palencia»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Se les encuadró bajo la denominación común de ‘Juegos Populares’ porque eso es lo que efectivamente eran: juegos practicados por las gentes de los pueblos, fundamentalmente por los hombres aunque no faltaban versiones femeninas en alguno de ellos, en los tiempos en que la televisión no existía y la radio prácticamente sólo se usaba para oír las noticias y algún que otro serial, e incluso mucho antes. Tiempos en que, al caer la tarde cuando hacía bueno, las gentes se reunían a las puertas de las casas para charlar, o en la cantina cuando terminaban las faenas del campo para echar un trago y ahí surgían los desafíos y esas partidas, donde lo más que se jugaban era un porrón de vino o unas sardinas arenques de las de barril de madera.

Esa práctica fue lo que quiso retomar la Diputación, pero dándole un contenido interlocal, utilizándolo como una fórmula para relacionar entre sí a los vecinos de los diversos municipios de la provincia para que las gentes de los pueblos salieran de sus reducidos núcleos locales o comarcales y se conocieran y convivieran con otras personas con similares costumbres e inquietudes, pero lejanas en el espacio, creando lazos, si no de amistad, sí de cercanía entre zonas alejadas de una misma provincia.

También influyó el deseo de recuperar antiguas tradiciones, de rescatar del olvido viejas formas de vida, que conformaron durante muchos años el día a día de nuestros pueblos, sobre todo de los más pequeños. En definitiva, de recrear el folclore de nuestra provincia. Se suele identificar el folclore con la música y los bailes tradicionales, pero es mucho más que eso: incluye las formas de vida ancestrales en sus diversas facetas, tradiciones transmitidas de generación en generación, entre las que, por supuesto, hay que incluir los aspectos lúdicos de todo tipo.

Aunque se trataba de juegos muy extendidos a lo largo y ancho de la provincia, existían diversas variantes, según las distintas comarcas. No en vano nuestra provincia tiene una forma tan alargada y comprende desde zonas de alta montaña hasta las vastas extensiones de las llanuras de la Tierra de Campos o los altozanos cerrateños con distintas costumbres y modos de vida, lo que provocaba algunos desencuentros y pequeñas discusiones a la hora de desarrollar las competiciones y puntuar a los contendientes.

Para evitar esos momentos de tensión y facilitar la labor de los árbitros o controladores de las distintas modalidades, cuyas decisiones no siempre eran bien aceptadas y provocaban alguna que otra disputa, en el año 2006 se redactaron unas Reglas de Juego para cada una de las modalidades que se incluyen en los Campeonatos de los Juegos Populares provinciales, uniformes para toda la provincia, incluyendo tanto la forma de desarrollarse cada uno de ellos, como el sistema de puntuación.

[[{«fid»:»27207″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:3456,»width»:2304,»style»:»width: 400px; height: 600px; border-width: 6px; border-style: solid; margin: 6px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]En esa edición de las reglas del juego está recogida la normativa de las 8 modalidades que se desarrollan en nuestra provincia: bolo llano, bolos femeninos, chana o morrillo, media bola, monterilla, petanca, rana y tanga o tuta.

Hay que destacar que la iniciativa ha calado en la población rural, hasta el punto de que se ha creído conveniente realizar dos convocatorias anuales, una bajo la denominación de “Torneos Provinciales de Juegos Populares”, antes conocidos como Campeonatos Inter-Pueblos, y la otra como “Copa Diputación de Juegos Populares”, que tienen gran aceptación. El primer campeonato se está desarrollando actualmente, mientras que la Copa se disputa cada año en los meses de otoño.

Y decir que son más de 1.000 las personas que cada temporada formalizan su inscripción para tomar parte en alguna de las pruebas que se desarrollan cada año, y que son las siguientes:

  • Bolo Llano: Se trata de una modalidad practicada por los hombres que requiere gran precisión y fuerza para lanzar la bola, pues tiene un peso de entre 5 y 9 kgs. Se practica principalmente en localidades del norte de la provincia.
  • Bolos Femeninos: Es una de las modalidades con mayor aceptación en nuestra provincia, pues cada año suelen participar alrededor de 100 equipos de unas 50 localidades.
  • Chana o Morrillo: Es un juego de fuerza, de puntería y de habilidad, que consiste en lanzar una piedra cilíndrica hacia un asta de toro, buey o vacuno, desde una distancia de 18 metros.
  • Media Bola: Este juego, que consiste en derribar 10 bolos de madera, toma su nombre precisamente por utilizar bolas semiesféricas.
  • Monterilla: En sus orígenes practicado por pastores, los elementos del juego, cachabas y boinas, formaban parte de su indumentaria. No se ha encontrado documento alguno de que se juegue más que en la provincia palentina.
  • Petanca: No está considerado como uno de nuestros típicos juegos populares, pero se ha incluido dentro de este programa porque se tiene conocimiento de que se practica desde antiguo en los pueblos palentinos.
  • Rana: Se caracteriza por su popularidad, ya que se juega en muchos pequeños municipios de nuestra provincia, principalmente en sus fiestas patronales
  • Tanga o Tuta: para su práctica se necesita una pieza de madera llamada tanguilla, dos discos metálicos y una chapa o moneda. Los discos se tiran hacia la pieza de madera, sobre la que se sitúa la moneda, desde una distancia de 20 metros los hombres y 16 las mujeres.


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